Pensemos...
Muchas de las palabras que usaba mi padre están muertas. Por ejemplo: DECENCIA. DIGNIDAD. HONRADEZ. A mi padre le brillaban los ojos cuando decía ESE ES UN HOMBRE HONRADO. Y engordaba cuando decía ESE SEÑOR HABLA SIN OFENDER. Le encantaba el HUMOR QUE NO OFENDE. Y admiraba la INTELIGENCIA y la EFICIENCIA y la DESTREZA, en cualquier cosa que cualquiera hiciera.
Rafael Baladés, Sergio Gay